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Cómo hacer un plan de descarbonización

Cómo hacer un plan de descarbonización

Parece que la pandemia ha acelerado el interés, desde gobiernos, empresas y la sociedad en general, en el desarrollo de estrategias de descarbonización. Sin embargo, saber cuál es la mejor manera de descarbonizar la empresa es una tarea que requiere experiencia, conocimientos técnicos, normativos, de mercado y una buena herramienta de simulación que sea capaz de definir cuál es la mejor estrategia para descarbonizar la matriz energética de una empresa u organización.  

A pesar de este creciente interés, la normativa aún no recoge qué debe de tener un plan de estas características; si bien asociaciones y organizaciones ligadas a la normalización se afanan en determinar cuáles han de ser los requisitos mínimos con los que ha de contar un plan de descarbonización. Desde ENGIE, te adelantamos cuáles han de ser los pilares de un plan de descarbonización y cómo has de llevarlo a cabo: 

  1. Toma de datos energéticos. 
  2. Conoce el entorno. 
  3. Prevé las necesidades energéticas del futuro. 
  4. Conoce la normativa. 
  5. Conoce la evolución de los mercados. 
  6. Estudia el grado de madurez tecnológico de las soluciones 
  7. Conoce y analiza las líneas de subvención 
  8. Genera escenarios con toda la información 
  9. Escoge la mejor opción y planifica cuándo y cómo ejecutarla. 

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1. Toma de datos energéticos

En primer lugar, un plan de descarbonización requiere desarrollar un fuerte conocimiento del entorno energético de la instalación, ya sea una planta industrial o un conjunto de instalaciones. Para ello es necesario recopilar información de los vectores energéticos existentes -vapor, aire comprimido, electricidad, agua sobrecalentada, calor, gas…-; además será necesario recopilar datos de los grandes equipos generadores y consumidores. 

2. Conoce el entorno

El entorno en el cual se encuentra la instalación es clave a la hora de conocer hacia dónde camina la misma en un contexto descarbonizado. No es lo mismo una planta en el sur que en el norte, pues el recurso solar cambia. Lo mismo ocurrirá con el recurso de la biomasa. De igual modo, es necesario tener en cuenta el espacio disponible para construir nuevos activos, como instalaciones solarestermosolares o digestores para generar biogás. Además, es preciso conocer bien la saturación de los nodos eléctricos o las infraestructuras gasistas. Tampoco olvides conocer el contexto y la situación en la cual tus vecinos se encuentran; pues podría darse el caso que tengas a alguien que no está aprovechando vapor y sin embargo tú lo estás generando. La economía descarbonizada está muy apalancada en la economía circular. 

3. Prevé las necesidades energéticas de futuro

Es importante determinar las demandas energéticas de la instalación. Saber si va a ser necesario un nuevo compresor, qué va a ocurrir con la cogeneración de alta eficiencia que hay instalada o si se prevé un crecimiento futuro de producción y, por tanto, nuevas necesidades energéticas van a aparecer, es clave para planificar energéticamente el futuro. Siempre, en la medida que sea posible. 

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4. Conoce la normativa

En los últimos años la normativa está cambiando muy deprisa. En muy poco tiempo han cambiado los peajes, la reglamentación de fomento del autoconsumola normativa relativa a la hibridación de tecnologías bajo un mismo punto frontera, y se ha creado el nuevo reglamento de consumidor electrointensivo 

En breve empezaremos a ver las nuevas posibilidades de comprar biogás con garantías de origen renovable, una nueva fiscalidad en carbono o nuevas interconexiones en un mercado energético europeo. Todo hay que tenerlo en cuenta, y no sólo a nivel nacional, sino también regional y local. La normativa está fuertemente ligada al contexto energético. 

5. Conoce la evolución de los mercados

Los mercados evolucionan. Es cierto que es imposible prever acontecimientos como ha sido la pandemia generada por el COVID; pero también es cierto que hay previsiones que, siempre que no haya grandes traumatismos en la economía (como una guerra, una pandemia o una crisis fuertes), son relativamente fidedignas. Y es previsible desarrollar previsiones de qué va a pasar con la predicción de precios de la tonelada de CO2, con los precios de gas o con la evolución de los precios del hidrógeno. En función de dicha variación, seguramente tenga sentido apostar por una u otra tecnología.  

6. Estudia el grado de madurez tecnológico de las soluciones

Es necesario estudiar las diferentes tecnologías que pueden implantarse en una empresa para conseguir desarrollar una estrategia de fomento de una matriz baja, neutra o incluso negativa en carbono. El grado de madurez es clave a la hora de entender la curva de mejora del precio nivelado de energía (LCOE, en sus siglas en inglés) de una tecnología, el soporte postventa, la evolución del precio de los mercados o la solidez tecnológica. Por nombrar un ejemplo, en 10 años, la energía fotovoltaica ha reducido más de 10 veces su precio por kW instalado.

Es previsible que, con tecnologías como la termosolar, el almacenamiento, o el hidrógeno, ocurra algo parecido. Así pues, debemos hacernos la pregunta de cuándo será más interesante apostar por cada una de ellas. 

7. Conoce y analiza las líneas de subvención

En 2020 se aprobó la primera emisión de deuda de la Unión Europea, gracias a la cual, Bruselas ha repartido una lluvia de millones a las economías del continente para recuperar, transformar y hacer más resiliente a cada uno de los estados miembros. A España llegarán en los próximos 2 años muchos millones de euros, pero no será la única fuente de subvenciones y financiación ventajosa.

Desde el año 2003 con la E4, en España se han habilitado numerosas líneas de subvención y financiación a nivel nacional, regional e incluso local. Conocer las mismas con detalles es sin duda un elemento a tener en cuenta a la hora de apostar por una u otra tecnología, mejorando de esta manera la TIR que pueda tener un proyecto concreto. 

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8. Genera escenarios con toda la información

Con toda la información recopilada, es necesario introducirla en una herramienta de cálculo que sea capaz de generar escenarios para conocer cuál es la mejor estrategia tecnológica y de compras, a fin de alcanzar los objetivos de descarbonización marcados. Lo hagas como lo hagas, genera escenarios con diferentes mixes de tecnologías y, en ese momento, hay que “estresarlos”. Este test de estrés determinará cómo de sensibles son cada escenario a fin de conocer cómo van a responder frente a futuros precios del biogás, de las garantías de origen o de la biomasa. 

 9. Escoge la mejor opción y planifica cuándo y cómo ejecutarla

Con los análisis desarrollados en la etapa anterior, será necesario planificar cuándo realizar cada proyecto de implantación de cada activo, así como cómo desarrollarlo. En este punto deberá planificarse si se pretende desarrollar un proceso de externalización; donde un tercero acometa la inversión y cobre por los ahorros, o incluso por las termias, calorías o m3 que el activo de generación renovable o eficiencia genera. 

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Conclusión 

En definitiva, el proceso de creación y desarrollo de un plan de descarbonización es complejo y puede demorar meses de recopilación de información, análisis y simulación hasta llegar a tomar la decisión más acertada y que permita descarbonizar una instalación al menor coste posible y con las máximas garantías y el mínimo riesgo. 

Autor: Darío Pérez, Head of Carbon Neutral Energy Solutions en ENGIE España