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Cómo la generación solar distribuida puede mejorar el acceso a energía limpia en las zonas urbanas

Cómo la generación solar distribuida puede mejorar el acceso a energía limpia en las zonas urbanas

La estrategia solar de la UE pide que se establezca por lo menos una comunidad energética en cada municipio con una población de más de 10.000 habitantes. La generación solar distribuida impulsada por la comunidad puede mejorar el acceso a energía limpia en las zonas urbanas, ayuda a aliviar la pobreza energética y es crucial para garantizar la participación de los ciudadanos en la transición energética. Europa tiene la ambición de promover las comunidades energéticas, sin embargo, la ejecución de las posibles iniciativas a menudo se queda atrás como consecuencia de los obstáculos normativos y las difíciles condiciones del marco.

Entrevista a María Colom Cifuentes, responsable de Decentralized PV en ENGIE España, sobre el caso español y cómo valora el futuro de las comunidades energéticas en España, publicada el 13 de Marzo de 2023 en la web de Intersolar Europe.

Entrevista a María Colom Cifuentes

¿Puede describirnos brevemente el papel que desempeñan las comunidades energéticas en la transición energética en Europa y cómo las apoya ENGIE?

La transición energética no estará completa hasta que se desarrolle el autoconsumo colectivo. ENGIE ha realizado varios proyectos pilotos en países como Francia, Italia y Bélgica, que ya cuentan con leyes que están facilitando el autoconsumo colectivo. No todas las empresas o particulares poseen cubiertas, pero las comunidades energéticas o proyectos de autoconsumo colectivo pueden aun así permitirles disfrutar de los beneficios de transición energética.
De acuerdo con mis compañeros de ENGIE Francia, entre el 15 y 20 por ciento de las cubiertas francesas son aptas para promover comunidades energéticas. La razón por la que aún no se están aprovechando estas cubiertas para la generación de energía solar es que el autoconsumo para la propiedad del tejado no es rentable.

Las primeras comunidades energéticas se decantarán por la energía solar porque es la tecnología más desarrollada. En países como España y Portugal es muy rentable. No necesitan un sistema de remuneración para que funcionen. La energía solar es el punto de partida, pero se irán añadiendo niveles de complejidad con el almacenamiento y los vehículos eléctricos, entre otros. Las instalaciones solares son solo el comienzo.

Hablemos de España: desde que en 2018 se suprimió el Impuesto al Sol, la generación solar distribuida ha experimentado un fuerte crecimiento.

En 2018 se suprimió el Impuesto al Sol y se posibilitó el autoconsumo colectivo. Esto supuso un enorme impulso al autoconsumo individual. Según la Asociación Solar Fotovoltaica UNEF, la potencia instalada recientemente para 2022 fue 2,5 gigavatios (GW) en total. España tiene ahora mismo más de cinco GW de potencia instalada, lo que demuestra claramente que el cambio en la ley funcionó. Los elevados precios de la electricidad han sido un impulso adicional. Los fondos europeos han dado un gran impulso al autoconsumo, pero la cuota de autoconsumo colectivo sigue siendo residual.

¿Existen ciudades que promuevan la generación solar distribuida de energía urbana o proyectos pioneros en España? ¿Cómo se apoyan estos proyectos?

España aún no cuenta con un registro nacional totalmente operativo, pero en Cataluña, Navarra e Islas Canarias existen registros y son públicos, y revelan que el autoconsumo supone menos del 1% del consumo total en esas regiones. En Cataluña, solo el 1,64% de la potencia total instalada en 2022 fue autoconsumo colectivo. No parece suficiente para llevar a cabo la transición energética.

Las primeras comunidades energéticas se crearon en 2022 cuando el Ministerio de Transición Ecológica español empezó a conceder subvenciones en el marco del programa CE Implementa, que paga hasta el 60% de los costes del proyecto. El programa está funcionando bien, y muchas de las agencias de energía regionales y municipios están poniendo en marcha planes de autoconsumo colectivo. Creo que uno de los ejemplos más destacados es el Instituto Balear de la Energía que se espera que proporcione 2,5 MW de capacidad, suficiente para 1.500 hogares y 300 empresas.

Los programas europeos de financiación, aquellos que se agotarán a finales de año, son mucho más generosos con el autoconsumo colectivo que con el individual. Así que tenemos algunas subvenciones, pero todavía tenemos que hacer mucho más para crear incentivos. Después de todo, montar un proyecto de cooperación es mucho más complejo que poner un módulo fotovoltaico en la cubierta. La agencia española de la energía, IDAE, ha publicado en internet un mapa mostrando todas las comunidades que se están implantando en España.

¿Cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrentan las comunidades energéticas en España y Europa?

Facilitar la tramitación es clave. Las barreras administrativas para el autoconsumo ralentizan los proyectos, especialmente los proyectos para autoconsumo colectivo. La aprobación de un proyecto de autoconsumo colectivo puede tardar hasta un año. Al mismo tiempo, los procesos varían mucho de una comunidad autónoma a otra. En Cataluña, por ejemplo, para una instalación de autoconsumo doméstico individual se puede obtener el permiso aproximadamente en un mes, mientras que la aprobación para uno colectivo puede tardar un año.

La mayoría de empresas en España son reacias a promover instalaciones de autoconsumo colectivo. Tienen que lidiar con una tramitación difícil y con la frustración de clientes que no entienden por qué se demora tanto en el tiempo.

¿Ha habido también mejora en la normativa desde que se promueve el autoconsumo colectivo?

Las leyes son cada vez más facilitadoras, especialmente para instalaciones de menos de 100 kilovatios (kW). Por ejemplo, en un creciente número de regiones ya no se exigen permisos de construcción. La introducción de directivas de la UE en 2022 facilitó mucho el proceso de aprobación en España. Actualmente, la solicitud debe incluir la fecha de inicio y se debe asumir que el permiso de construcción se ha concedido si no se ha recibido ninguna notificación contraria en el plazo determinado.

El plazo máximo para obtener un permiso para instalaciones de menos de 50 kW es de un mes. Esto es útil para pequeñas instalaciones de autoconsumo comerciales o domésticas. El proceso para obtener un permiso medioambiental se ha simplificado y las cosas también están mejorando para autoconsumo colectivo. La mayoría de los proyectos siguen estando por debajo de los 100kW, y por eso creo que es importante incorporar a la ecuación proyectos de mayor envergadura. Para conseguirlo, tenemos que dar prioridad a la generación distribuida para el acceso a red y facilitar la tramitación y el acceso a la red a proyectos de más de 100kW.

¿Qué progresos está haciendo la digitalización en España para una producción más descentralizada de energía? ¿Quién tiene que actuar y contribuir?

La integración de producción de energía distribuida está creando muchos retos para el sector. Cómo se superen dependerá en gran parte al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Tienen que mantener el impulso de los últimos tres o cuatro años.

Uno de los retos en términos de digitalización es que el registro público de autoconsumo no está en pleno funcionamiento. Existen discrepancias sobre la potencia instalada, una situación no deseable para el funcionamiento óptimo de la red. Esto especialmente importante en un escenario de fuerte penetración del autoconsumo. La hoja de ruta del autoconsumo que se publicó hace un año preveía para 2030 alrededor de 9GW en el peor de los escenarios y 14 GW el mejor de los escenarios, y ahora, en 2023 ya tenemos 5GW.

Necesitamos disponer de un registro para el autoconsumo digital automático y preciso. El actual sistema de datos RADNE proporcionado por las comunidades autonómicas apenas recoge 24.500 instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo, el equivalente a 300MW en total. Esta cifra es 15 veces inferior a las estimaciones sobre instalaciones ya existentes realizada por UNEF. Para que la red opere correctamente, necesitamos información precisa como base para las estimaciones de demanda. Necesitamos conocer realmente cuántos MW se están instalando en lugar de seguir las cifras facilitadas por las asociaciones.

¿Qué pasos hay que dar para pasar de un sistema centralizado a un sistema descentralizado con una elevada cuota de energía solar?

Necesitamos baterías porque la energía solar se está extendiendo mucho más rápido de lo esperado. Tendremos que promover el almacenamiento antes de lo pensado a través de incentivos si es necesario. En España, actualmente existen subvenciones para almacenamiento detrás del contador. Funcionan bien para instalaciones domésticas. Algunos expertos del sector han calculado que alrededor del 30% de las nuevas instalaciones fotovoltaicas residenciales se combinan con almacenamiento, pero esto no se aplica a las instalaciones fotovoltaicas industriales o comerciales, ahí no hay un business case. No estamos instalando baterías y no se espera que su precio baje tan rápido como sería necesario. Para impulsar las baterías, necesitamos incentivos vía desarrollo regulatorio y/o subvenciones adicionales que ayuden a crear interés.

En España y Portugal, las subvenciones no son necesarias para que el autoconsumo individual o la fotovoltaica en general sean rentables. Pero sí necesitamos subvenciones para baterías. Necesitamos dar las señales de precio adecuadas; de lo contrario, la extensión de instalaciones fotovoltaicas podría ralentizarse y podríamos sufrir la temida curva de pato antes de lo que pensamos. Los incentivos adecuados tendrían una doble ventaja: apoyar la estabilidad de la red y disipar las dudas que la población pueda tener sobre instalar energía solar ahora mismo, cuando se espera que los precios bajen de forma notable en los próximos años.

¿Podría haber un conflicto con los grandes actores de la industria fotovoltaica que compiten por fondos, capacidad de producción y acceso a subvenciones?

No creo que haya una competición entre las grandes compañías y los pequeños productores. Todos los productores, ya sean grandes o pequeños, compiten de alguna manera por el acceso a red, debido a que la capacidad de la red es escasa. Incluso los proyectos de energía fotovoltaica distribuida de ENGIE que están dentro de nuestro rango de actuación son en su mayoría sin inyección a la red. Esto es una lástima porque estamos privando de flexibilidad a la red. La mayoría de nuestras instalaciones industriales hoy no tendrán la posibilidad de contribuir al sistema. Podemos disminuir la demanda, electrificar o reducir el consumo de los clientes. Pero no podemos contribuir a la red porque no hay capacidad para inyectar.

Esta situación limita los proyectos de autoconsumo y también los grandes proyectos. El ministerio debería establecer los proyectos de autoconsumo como prioridad en el sector. En la última subasta en España, en octubre del 2022, había capacidad reservada para proyectos de menos de 5MW de energía distribuida (140 MW de 520 MW). Aun así, solo se adjudicaron 31MW a instalaciones solares. Las subastas son complicadas y no están abiertas a cualquiera. Creo que es realmente necesario que se tomen medidas para reservar parte de la red para autoconsumo y comunidades energéticas. De lo contrario, será difícil que las comunidades energéticas participen de mayor forma en la transición energética, simplemente porque el tamaño medio de los proyectos seguirá siendo muy pequeño.

Maria Colom charlando con Sarah Hommel de Mendonça

Entrevista transcrita publicada en inglés el 13 de marzo de 2023 en intersolar.de

Interview with Maria Colom Cifuentes – Intersolar Europe