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Una visión rápida sobre los modelos de financiación de activos de descarbonización

Una visión rápida sobre los modelos de financiación de activos de descarbonización

Uno de los grandes retos a asumir en el marco de la transición energética es la financiación de los proyectos. Las fórmulas tradicionales para la financiación de activos de descarbonización, se van a ver alteradas por la llegada -desde hace ya años- de modelos asociados a la explotación o al rendimiento del activo a financiar.

Tradicionalmente los modelos que han imperado han sido aquellos relacionados con las empresas de servicios energéticos -o también llamadas ESCOs, de sus siglas en inglés-, donde tradicionalmente se ha puesto en juego un compromiso de ahorro. Sin embargo, los modelos van cambiando y cada vez se aprecia una tendencia más clara hacia la externalización o lo que en el mundo del marketing se llama “as a service”. Pasamos a comentar algunos de los mismos.

Ahorros compartidos 

Ha sido el modelo tradicionalmente empleado por las empresas de servicios energéticos -ESEs-. En el mismo, el activo a renovar va a generar un ahorro energético asociado. Por lo tanto, generará un ahorro económico el cual se emplea en parte para financiar la renovación de dicho activo. Tradicionalmente, una parte de dicho ahorro se emplea para compartir entre las partes, fomentando modelos donde ambos colaboran para que en la operativa y el mantenimiento de dicho activo se consigan aún más ahorros que los alcanzados por la mera actualización del mismo. Requiere la generación de una línea base sobre la que calcular el ahorro, la cual ha de hacerse bajo los habituales estándares internacionales diseñados para tal fin. La inversión tradicionalmente se hace por parte de la empresa de servicios energéticos o por banca comercial, o incluso fondos específicamente constituidos para tal fin. 

 

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Ahorros garantizados 

El modelo es muy parecido al anterior, pero en este caso se garantiza un ahorro energético cuyo origen resulta de la renovación de dicho activo y ocasionalmente de la mejora en la gestión y el mantenimiento de este. En ocasiones también combina un tramo donde se comparten ahorros. La inversión en esta ocasión sucede indistintamente por la empresa de servicios energéticos o por el cliente propietario del activo. E incluso en modelos mixtos, dependiendo de la naturaleza de los equipos a renovar. 

Venta de energía transformada 

Se refiere a la clásica externalización de la generación de un activo, los que se han llamado en el pasado como Energy supply contracts. En este tipo de modelos, la empresa de servicios energéticos invierte en el activo de generación -un compresor de aire comprimido, una caldera, una enfriadora…- asumiendo los riesgos asociados a dicha generación. La energía consumida -gas natural, electricidad, biomasa…- se mide antes de ser transformada gracias al activo objeto de la renovación. De la misma manera, la energía transformada que es demandada también se mide -Nm3, kWh térmicos, frigorías…- y se factura a un precio pactado.

De este modo, independientemente de los posibles ahorros que pudiera haber, se retorna la inversión asociada a una cuota mensual fija, más otra variable por la energía transformada demandada. La energía consumida por el activo e inicialmente pagada por el cliente es deducida de la factura final.

Este modelo cuenta con la gran ventaja de que se transfiere el riesgo de generación en su totalidad, aplicando un sistema de penalizaciones en caso de indisponibilidad de la utility demandada. 

Rendimiento garantizado 

Este modelo, también llamado de peajes, es igual que el anterior, pero evitando la deducción de la energía consumida y la facturación de la energía demandada. Sólo se garantiza el rendimiento del activo bajo unas premisas de operación y mantenimiento, debiendo medir de manera periódica el rendimiento de dicho activo dentro de unos parámetros previamente pactados. 

En estos modelos donde el cliente “cambia” inversión de su CAPEX por costes operativos u OPEX, tienen la gran ventaja de poder sacar fuera de balance la inversión de dicho activo, generando así un menor nivel de endeudamiento a su vez.  

Además de las ventajas que ya se han comentado en otras entradas del blog CULTURA ENGIE, será necesario alinearse con las normativas internacionales contables, en especial la IFR16. 

 

 David Alejo, Head of Financial Special Projects