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La sostenibilidad de la biomasa en España

La sostenibilidad de la biomasa en España

La demanda creciente de energía y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero han impulsado la búsqueda de soluciones energéticas sostenibles y renovables por parte de las industrias. En este contexto, la biomasa se ha posicionado como una opción destacada, gracias a diversos factores que hacen que se considere una solución energética sostenible y renovable en España.

La biomasa permite la neutralidad en emisiones de CO2 y cuenta con múltiples beneficios

La biomasa se refiere a los residuos orgánicos y agrícolas que se utilizan para producir energía. Una de las razones fundamentales por las que la biomasa se considera una solución sostenible es su capacidad de lograr la neutralidad en emisiones de CO2. Cuando se utiliza para generar energía, la biomasa emite CO2; pero esta cantidad es equivalente a la que las plantas absorben durante su crecimiento mediante la fotosíntesis, lo que resulta en un ciclo neutro de emisiones de carbono. Por ello, al utilizar la biomasa en lugar de combustibles fósiles, se reducen las emisiones netas de CO2 y se contribuye a mitigar el cambio climático.

Además del beneficio ambiental, esta solución también aporta otros beneficios como disminuir la dependencia de los combustibles fósiles importados o fomentar tanto la economía local como la creación de empleo en las zonas rurales donde se encuentra la instalación. Todo ello contribuye al desarrollo sostenible y al equilibrio territorial al aprovechar los recursos locales, favoreciendo la gestión sostenible y la limpieza de los montes, además de contribuir a la lucha contra los incendios forestales.

Estos beneficios que promueve la cadena de suministros de la biomasa son apoyados por la legislación y las iniciativas europeas, como el UNFCCC, RCDE, la RED II o la RED III, que permiten el aprovechamiento de la biomasa forestal en España de forma responsable:

Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC)

La UNFCCC respalda la sostenibilidad de la biomasa como una solución para mitigar el cambio climático, ya que su utilización puede ayudar a reducir las emisiones netas de CO2 y minimizar el impacto negativo en el medio ambiente.

Esta convención promueve también la cooperación internacional para el intercambio de conocimientos y la transferencia de tecnología para esta solución. También incluye el desarrollo de mejores prácticas que garanticen la sostenibilidad en la producción, el suministro y el uso de la biomasa como fuente de energía.

Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) de la UE

La sostenibilidad de la biomasa se encuentra también respaldada por el RCDE de la Unión Europea, que la considera una fuente de energía renovable neutra en carbono.

Las instalaciones que empleen biomasa como combustible estarán excluidas de pagar por las toneladas de CO2 emitidas, lo que supone un ahorro económico para la industria y favorece la adopción de esta solución como alternativa sostenible.

La Directiva de Energías Renovables II (RED II) y los tres pilares de la gestión forestal

La RED II se refiere a la Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, que establece el marco para la promoción y el uso de energías renovables en la Unión Europea.

En el ámbito de la biomasa, la RED II establece requisitos específicos y criterios de sostenibilidad para su producción y uso con fines energéticos. Estos criterios garantizan que la biomasa utilizada cumpla con estándares ambientales, sociales y económicos:

  • Sostenibilidad ambiental: establece criterios para minimizar el impacto sobre la biodiversidad y garantizar que la biomasa se obtenga de manera responsable, evitando el agotamiento de recursos naturales.
  • Sostenibilidad social: fomenta el diálogo entre las partes interesadas y la participación de las comunidades locales en la gestión de los recursos de biomasa, asegurando que se respeten los derechos de las personas y las comunidades implicadas.
  • Sostenibilidad económica: determina medidas para promover la eficiencia y la viabilidad económica de la producción y el uso de biomasa, como el uso de tecnologías eficientes o la optimización de los procesos de producción.

Con la RED II se han reconocido ciertos certificados que verifican la sostenibilidad de la biomasa utilizada en la UE, como el Sistema de Certificación de la Biomasa Sostenible (SBP) y el Sistema de Certificación de la Cadena de Custodia de la Biomasa (SURE).

Directiva de Energías Renovables III (RED III) y la biomasa leñosa

La RED III fija objetivos más ambiciosos para el uso de energías renovables en la Unión Europea. Concretamente, la RED III establece unos criterios específicos para fomentar el uso sostenible de la biomasa leñosa, que es la utilización de madera y sus productos derivados para la producción de energía. Esta madera deberá provenir de fuentes gestionadas de manera sostenible, evitando la sobreexplotación y la degradación de los bosques.

En este ámbito, existen algunos certificados como el Forest Stewardship Council (FSC) o el Programme for the Endorsement of Forest Certification (PEFC) que permiten garantizar la gestión sostenible de los recursos forestales, incluyendo la biomasa forestal.

La biomasa, por lo tanto, se presenta como una solución energética renovable y sostenible en España gracias a su neutralidad en emisiones de CO2 y sus múltiples beneficios. Se encuentra respaldada por distintas iniciativas y legislaciones como UNFCCC, RCDE, RED II o RED III, que promueven su sostenibilidad en todos los ámbitos; desde la gestión forestal hasta su utilización en la producción de energía. Al aprovechar los recursos naturales de manera responsable y promover la economía local, la biomasa contribuye a la transición hacia un sistema energético más limpio y sostenible, fortaleciendo la seguridad energética y generando beneficios ambientales y socioeconómicos para el país.

 
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