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Project Finance, un modelo para la transición energética

La financiación en el proceso de transición energética en la lucha contra el cambio climático

La actual pandemia parece que ha acelerado la transición energética en los últimos meses. Tras el impacto económico y sanitario que ha provocado, da la sensación de que nuestra sociedad en su conjunto -empresas, sociedad civil, gobiernos…- ha comprendido la necesidad de actuar de manera decidida contra el cambio climático que ya tenemos encima.

Si a eso le sumamos los efectos provocados por el reguero de episodios meteorológicos extremos que todos los años suceden en países de nuestro entorno, y no tanto, las noticias procedentes de acuerdos alcanzados entre gobernantes o las iniciativas privadas, la transición energética parece imparable. 

Las empresas, como no podía ser de otra forma, son una de las principales impulsoras al emprender acciones para mitigar y compensar su efecto, algunas de las iniciativas son:  

  • Planes de descarbonización 
  • Implantación de energías renovables en régimen de autoconsumo 
  • Contratación de utilities bajo contratos PPA o GPA 
  • Compensación de emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) a través de créditos de carbono procedentes de proyectos sostenibles o proyectos de eficiencia energética  

 

Modelos económicos para la transición energética 

Sin embargo, la transición energética no va a salir gratis. Todo el cambio a nivel tecnológico que supone va a necesitar de la inversión de grandes cantidades de dinero, bien sea a nivel de deuda o de equity. Es verdad que desde Bruselas va a llegar mucho dinero, como nunca antes, para apoyar esta revolución hacia la digitalización, la descarbonización y la descentralización del sector energético (y no sólo del energético).

Pero también es verdad que desde la Unión Europea y desde el Gobierno no se han cansado de decir que estiman que, 3 de cada 4 euros de inversión en estos proyectos trasformadores vendrán del sector privado. Y esto implica un gran esfuerzo que, tanto las entidades privadas de crédito como las propias empresas, tendrán que asumir para no perder el tren del cambio. Y en ese contexto, va a ser necesario seguir desarrollando proyectos bajo financiación asociada al propio proyecto, a los activos objeto del proyecto, al rendimiento de los mismos o a la energía que éstos proporcionan a las instalaciones y las plantas industriales. 

 

Así pues, en el sector esperamos una auténtica explosión de proyectos bajo fórmulas como el Project Finance para grandes activos de generación renovable, como proyectos asociados a plantas utility scale de fotovoltaica, a parques eólicos, proyectos de hidrógeno o proyectos asociados a SPVs en captura de CO2, sólo por nombrar unos cuantos.

También veremos externalizar muchas utilities en empresas industriales que tradicionalmente eran asumidas por las propias empresas como es el aire comprimido, la electricidad, el vapor o el frío industrial. Y es que muchos empresarios industriales se preguntan por qué -en un ciclo expansivo de transformación industrial donde cada vez la competencia en un mercado globalizado es mayor- gastar recursos de CAPEX o deuda para producir un recurso estándar como puede ser el vapor, en lugar de invertirlo en los procesos core de fabricación industrial. Y más, cuando existen compañías especializadas en la instalación, el mantenimiento, la operación y la explotación de centrales de generación de vapor, por poner un ejemplo.  

 

Ventajas de los proyectos de transición energética  

Es cierto que es necesario, en un proceso de externalización de la producción, cumplir con los requerimientos contables de normas como la IFR16. Sin embargo, existen fórmulas para reducir el endeudamiento asociado a estos proyectos para poder dedicarlo al crecimiento y modernización de los procesos industriales clave para la competitividad de las industrias. Desarrollar modelos donde la financiación de la actualización de la planta, por ejemplo, de la producción del frío industrial, se asocie al rendimiento y las necesidades de la misma (project finance), resultan claves para transformar los activos de producción energética de manera rápida y fiable. 

Y, además, hacerlo en un proceso donde los riesgos asociados a la producción se transfieran a las empresas que se encarguen de explotar dicha planta de producción de la utility. Donde puede haber un riesgo asociado a un paro por la falta de dicha utility, puede haber una oportunidad asociada a penalizaciones a exigir por cada hora donde la producción de la utility no cumpla con los estándares de producción asociados al contrato.  

Otra ventaja, además de eliminación del consumo de CIRBE o la transferencia de riesgo asociada a la producción, será la transferencia del riesgo de mantenimiento y operación, así como la digitalización del proceso, aspectos todos ellos clave en la operación de este tipo de activos, sobre todo en procesos industriales. 

En definitiva, tener claros los modelos económicos de project finance existentes asociados a la transformación energética resulta de gran importancia para abordar el proceso de transformación que se van a llevar a cabo a lo largo de la próxima década. 

 

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Autor: Darío Pérez Navarro – Head of Carbon Neutral Energy Solutions